EL MUNDO DE FRIDA




La obra de Frida está plagada de complejos símbolos y metáforas visuales que constituyen una cosmología única. Las lágrimas son exponentes del dolor y del sufrimiento que le causaban su enfermedad y el amor, porque la vida de Frida fue rica en amores (desde el juvenil con Alejandro hasta el intenso con Diego, sin olvidar a amantes como León Trotsky y Nickolas Muray). Los cabellos, emblema de lo femenino, se vuelven múltiples a través de moños, trenzas, mechones, y pueden parecer ordenados o salvajes. La Naturaleza no podía estar ausente, con toda la simbología femenina de la tierra y de la luna, de manera que los cuadros de Frida se cubren de flores, hojas, plantas, raíces. Lo mismo puede decirse de la fauna, de los animales simbólicos y reales que habitan la pintura de Frida Kahlo: monos, pájaros, mariposas, perros, felinos. La mujer es una constante en su obra, sufriente pero resistente y, en especial, ella misma. El autorretrato y la temática del doble no son sino exponentes de la búsqueda y la afirmación de su identidad.